Aquí un ejemplo de cómo puede cambiar una prenda con unos toques a crochêt.
La madre de la niña -amiga mía- queriendo dar un toque más personal al vestido que estaba confeccionando a su hija para su primera comunión, me comentó si yo podía poner mi chispa en el vestido.
Cabe decir que me sentí alagada de permitirme participar en algo tan especial para su hija Alba a la que quiero mucho y que es la mejor amiga de mi hija pequeña.
Así que manos a la obra, en aquellos momentos andaba con pruebas de encaje de Brujas y pensé que podría venir bien diferentes piezas de esa técnica, dándole elegancia al conjunto y sin recargar.
Siempre he pensado que la elegancia no está en las cosas recargadas (Por muy de moda que puedan estar) Sigo con mi filosofía del MENOS ES MÁS.
Así que acoplando medidas creé las piezas del hombro dando así una manguita caída.
La misma pieza de encaje de Brujas la usé para generar el fajín que iría atado con doble lazada a la espalda con las tiras de organza lila que se entrelazan entre los puntos del contorno de este.
Dado que no quería tocados, solo algo que le sujetara un poco la melena, decidí hacerle una tiara cerrada rematada con una rosa irlandesa que nos serviría para esconder el cierre de esta y a la vez jugar con el espacio para tensarla más o menos, según se necesitara.
Alba quiso llevar el color que en aquel momento le gustaba más a su amiga (Mi hija) por lo que escogimos cinta estrecha de organza lila y la que usaríamos para darle un toque de color y resalte al vestido.
Y este ha sido el resultado.
Derechos de imagen: Las fotos han sido subidas a este blog con todos los derechos y permisos de los padres de la menor.
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